29 Mar 5.- Ahora si…
John Kabat-Zinn es el precursor del Mindfullnes en occidente y el pionero en investigar sus efectos en el estrés y la ansiedad. El Mindfullnes proviene del Budismo, siendo esta enseñanza mucho más rica en esencia, pero como resumen me parecen muy afortunados algunos puntos a tener en cuenta a como debemos enfocar nuestra mente en el día a día, en el momento a momento y en lo que estamos enfocados ahora mismo, en nuestras clases.
Las pautas que aconseja son las siguientes:
No Juzgar
Asumir una conciencia testigo, observo los pensamientos en mi mente pero sin juzgarlos. Esto no quita que no pueda tener pensamiento crítico, es más, abogo por el pensamiento crítico, pero no posicionarnos o agregarle una etiqueta o carga emocional.
En nuestro día a día es uno de los mejores ejercicios que podemos hacer
Un ejemplo…
Sentados en el suelo estiro las piernas y observo que tengo acortamiento en los Isquiotibiales (la musculatura posterior de las piernas) . Estos no me permiten flexionar la Pelvis, con lo cual pongo toda mi atención y enfoque en relajar más la musculatura que esta más tensa, observando cuál es y relajando mi mente de la incomodidad que pueda sentir aceptando esa molestia voy permitiéndome cada vez ir un poco más allá en mi flexibilidad.
O…
Sentados en el suelo estiro las piernas y observo que tengo acortamiento en los Isquiotibiales. Estos no me permiten flexionar la Pelvis, con lo cual pongo toda mi atención y enfoque en decirme y reafirmarme en lo «oxidado» que estoy, además duele mucho, decido flexionar las rodillas, así no me duele tanto, si, así se está mejor, a ver si el profesor no se da cuenta y pasa el tiempo y pasamos ya a otra postura que esta no me gusta nada, además, me está saliendo muchísima rabia. ¡Que cambie rápido!
Acordaros, un resumen de etiquetar o juzgar seria valorar las experiencias como positivas o negativas. En el fondo son neutras, nosotros le damos esa carga y según nuestras experiencias pasadas, las valoraremos como buenas o malas.
Paciencia
Si nos mantenemos en el presente, no hay impaciencia. Al no estar pensando ni en el pasado ni en el futuro, no entro en estados de melancolía en los que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni en estados de ansiedad en los que no me llega el tiempo para nada, o no me da llegado la hora.
Si hablo por mi, identifico la soberbia en la impaciencia. Cuando uno se cree en la razón, en la superioridad, en la creencia que está por encima de todo, entra en un estado en el que no respeta los ciclos ni de vida, ni personales de los demas, con lo cual o se cree con derecho a obligarlos a ser como yo decida que deban ser, y claro, cuando esto no sucede, pues me impaciento, luego me molesto y por último me enfado. ¡Ah! y como no, me enfado porque me sacan de quicio. Con lo cual la responsabilidad de «mis molestias» se las achaco a los demás.
Es tu impaciencia, no la de los demás la que te genera enfado, te recuerdo que también es tu enfado.
Práctica progresiva y no esperar nada
Iremos llegando poco a poco, pero no hay que llegar a ningún sitio. Confuso, ¿verdad?
Hablamos de conciencia con lo cual podríamos decir que menos es más. Es como un equilibrio perfecto, si no espero nada, tengo más paciencia, con más paciencia tengo más calma, con más calma tengo más conciencia y con más conciencia tengo más lucidez.
«Si agito el agua no puedo ver el fondo»
Es un estado progresivo en el que vamos integrado estados de conciencia, como dicen los Tibetanos, desde lo más burdo a lo más sutil, poco a poco y sin darnos cuenta.
Es como engordar o adelgazar, hasta que no tengáis una referencia anterior como una foto o la ropa, no os daréis cuenta del cambio. Aquí es igual, cuando os veáis en una situación en la que antes os enfadabais o perdiais la paciencia y ahora no, sabréis que os estaréis transformando para bien, claro.
La aceptacion
Siempre me gusta aclarar que aceptación no es resignación.
Resirgarse es anular la voluntad, rendirse. La aceptación es tomar cada momento como llega, viendo las cosas como son sin tratar de cambiarlas.
En la aceptación evitamos la tendencia a buscar el placer y evitar el dolor.
Con lo cual tanto en el yoga como en la meditación, acepto la pereza, la incomodidad, el dolor elevando la vibración al equilibrio o también evito «regodearme» en el placer bajando la vibración de exceso hacia el equilibrio también.
Hay un dicho que dice, si quieres hundir a alguien, alabalo
Los budistas siempre muy ecuanimes, el orgullo ni por exceso ni por defecto.
En la ecuanimidad está uno de los secretos.
Ceder – Soltar
Aqui hablaríamos de apegos y aquí se incluyen aferramientos mentales, emocionales y materiales.
Para eso debemos ceder, dejando de lado deliberadamente la tendencia a elevar determinados aspectos de la experiencia y rechazar otros.
El objetivo es soltar, dejarse ir, desprenderse de la experiencia, sea positiva o negativa.
Cada uno de estos puntos nos valen perfectamente para nuestro día a día en las relaciones, el trabajo, las amistades, la familia, etc.
Podréis estar pensando, pero claro, suelto, dejo ir, acepto, no me apego a nada, entonces donde dejo la empatia y la voluntad.
Desde ese espacio surge la luz clara para la mente y el amor puro para el sentir, ya que por esencia y naturaleza ese es nuestro estado natural, no el conflicto.
De esta forma le estaremos dando salud a nuestra mente y emociones, ya que por norma general estamos empeñados en que nuestra mente tenga una tendencia a lo contrario, al conflicto interno.
En posts posteriores os iré comentando como estamos condicionados por esos apegos, necesidades, carencias, miedos, etc. y que al final son las que nos están condicionando y saboteando en nuestro día a día.
Rigpa* Rigpa es la luz clara, la verdadera naturaleza de la mente, el estado de pura conciencia.
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